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Magia creativa

  • Foto del escritor: Nimue Magic
    Nimue Magic
  • 29 nov 2020
  • 2 Min. de lectura

Si bien es cierto que existen múltiples variantes y métodos para practicar magia, en todos ellos es muy importante el despliegue de creatividad.

Un mago o una maga saben cuándo atenerse estrictamente a la aplicación de métodos convencionales y cuándo ser lo suficientemente flexibles para incorporar modificaciones o crear nuevas maneras y técnicas en su práctica mágica.

Ningún mago va a aplicar con exactitud todo lo que otros magos han aplicado. De hecho, hay que considerar que muchas habilidades y capacidades mágicas son únicas en el practicante de magia, por lo tanto, su sola presencia podría modificar mucho durante una práctica. Por eso, el autoconocimiento y el estudio es prioritario antes de llevar a cabo prácticas mágicas.

Además, el conocimiento de las propiedades y aplicaciones de ingredientes, formas geométricas, principios numéricos, etc., aporta a ser más específicos en las prácticas. En Magia Ritual, una vela será sólo una vela hasta que es ungida e intencionada, el aceite para ungir tendrá que coincidir con los propósitos ritualísticos, los colores y disposición de objetos se seleccionan para que sean acordes con la práctica ritual, etc.

En prácticas de Magia del Caos, en las cuales un sigil funcionará como idea ordenadora de caos – entre las prácticas básicas más conocidas -, un trazado realizado con una lapicera convencional en un papel convencional podría funcionar, pero se obtendrían mejores resultados si se elabora la tinta con ingredientes y colores en afinidad o se prepara el papel previamente para el propósito del trazado que se realizará sobre él.

Hay muchísimas maneras de desplegar creatividad en la planificación de las prácticas mágicas para ser más específicos: desde el momento de preparar hierbas o recipientes para colocarlas, hasta los paños y líquidos esotéricos que se utilizan para limpiar objetos. Se puede armar el propio pincel o pluma para acompañar la tinta; seleccionar ingredientes para tintas; integrar polvos esotéricos con óleos o bases acuosas; preparar sales con hierbas y especias afines al propósito; cargar objetos con energías solares, lunares o en determinadas conjunciones, seleccionar momentos exactos en los cuales será más propicia la labor y una infinidad de opciones más que mejorarían métodos o los adecuarían a resultados pretendidos.

Muchas veces, en estos senderos, se requiere el aprendizaje de hacer la labor con lo que se tiene, sobre todo en los entornos regionales. Un practicante de magia puede convertir en recurso un puñado de arena, unas piedras, palos o ramas de una planta con ciertas propiedades, etc. En bastantes ocasiones, tendrá que enfocarse en lo existente en su entorno y saber qué hacer con ello, antes de lanzarse a prácticas complejas con ingredientes difíciles de conseguir.

Así es como la labor mágica con una piedra la convierte en talismán, la labor mágica con una forma geométrica da por resultado un amuleto, la labor mágica con palabras y/o gestos da por resultado un hechizo.

Así es como la Magia enfrenta a lo ilimitado y despierta una gran creatividad. Es también, en parte, lo que acerca a practicantes a ese axioma mágico: Saber, Querer, Osar y Callar, los cuatro verbos del mago, que pueden combinarse juntos de cuatro maneras, y se explican cuatro veces los unos a los otros.

Que se inspiren a ser creativos y que tengan hermoso cielo 💫💖💫




 
 
 

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